Roberto Bolaño


La poesia entra nel sogno
come un palombaro in un lago.
La poesia, la più coraggiosa di tutti,
entra e cade
a piombo
in un lago infinito come il Loch Ness
o torbido e infausto come il lago Balaton.
Contemplatela dal fondo:
un palombaro
innocente
avvolto nelle piume
della volontà.
La poesia entra nel sogno
come un palombaro morto
nell’occhio di Dio.

I cani romantici (SUR, 2018), trad. it. I. Carmignani

La poesía entra en el sueño
como un buzo en un lago.
La poesía, más valiente que nadie,
entra y cae
a plomo
en un lago infinito como Loch Ness
o turbio e infausto como el lago Balatón.
Contempladla desde el fondo:
un buzo
inocente
envuelto en las plumas
de la voluntad.
La poesía entra en el sueño
como un buzo muerto
en el ojo de Dios.

Roberto Bolaño

Roberto Bolaño interno poesia
Los perros románticos

En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.

 

*

 

I cani romantici

A quel tempo avevo vent’anni
ed ero pazzo.
Avevo perduto un paese
ma avevo guadagnato un sogno.
E se avevo un sogno
il resto non contava.
Né lavorare né pregare
né studiare di notte
assieme ai cani romantici.
Ed il sogno viveva nel vuoto del mio spirito.
Una casa di legno,
in penombra,
in uno dei polmoni del tropico.
E talvolta tornavo dentro di me
e visitavo il sogno: statua immortalata
in pensieri liquidi,
un verme bianco contorcendosi
nell’amore.
Un amore sboccato.
Un sogno dentro un altro sogno.
E l’incubo mi diceva: crescerai.
Ti lascerai alle spalle le immagini del dolore e del labirinto
e dimenticherai.
Ma a quel tempo crescere sarebbe stato un crimine.
Sono qui, dissi, coi cani romantici
e qui voglio restare.

 

Los perros románticos (Acantilado, 2006)

© traduzione di Alessio Brandolini